28 años después, la niña adoptada y su padre descubren por qué nadie la quería

Cuando este hombre adoptó a su hija por primera vez, simplemente no podía entender por qué nadie había querido adoptarla. Durante 28 años, esta pregunta le rondó la cabeza, ya que resultó ser la hija perfecta: cariñosa, amable e increíblemente atenta. El vínculo entre este padre y su hija se mantiene fuerte a pesar de todo... Incluso cuando la respuesta a esta pregunta se revela por fin tantos años después.

La primavera de 1990

En la primavera de 1990, una figura desconocida se acercó al orfanato Weatherstone. Era una noche muy fría y las calles empedradas estaban resbaladizas por la lluvia torrencial. Como en una escena de película, los relámpagos iluminaban el cielo y el lejano retumbar de los truenos se oía en toda la pequeña ciudad.

La primavera de 1990

El orfanato estaba enclavado entre las colinas de los alrededores. Construido enteramente con ladrillos desgastados, era fácil darse cuenta de la antigüedad del establecimiento. Mientras la figura subía los escalones hacia la puerta principal, se oyeron los llantos de un bebé.

El visitante

Cuando el desconocido llegó a la puerta principal, se agachó rápidamente para dejar un pequeño fardo de mantas en el suelo. Dentro de las mantas, el llanto se intensificó. Aunque no había nadie alrededor, la persona estaba visiblemente nerviosa y escudriñaba su entorno como si la estuvieran observando.

El visitante

Era evidente que tenían prisa, pero aun así se tomaron un segundo para contemplar el montón que acababan de depositar en el suelo. Si hubiera habido alguien cerca, habrían notado una expresión triste en su rostro.

La llegada más inesperada

Con esa última mirada aprensiva, la figura se dio la vuelta y regresó corriendo por el camino empedrado. El bebé seguía llorando, un faro de vulnerabilidad en medio de la tormenta.

La llegada más inesperada

Los cuidadores del orfanato se despertaron al oír los gritos desgarradores del nuevo huérfano y corrieron rápidamente a la puerta principal para ver de qué se trataba todo aquel alboroto. Con aprensión, llevaron al bebé al interior.

El invierno de 1992

Connor y Elizabeth llevaban muchos años juntos, y su matrimonio parecía sacado de un libro de cuentos de hadas. La mayoría de los días estaban llenos de amor, risas y sueños compartidos de formar su propia familia. Sin embargo, nunca se había hecho realidad.

El invierno de 1992

Aunque Elizabeth no podía quedarse embarazada, la pareja estaba más que abierta a la idea de la adopción. Al parecer, eran los padres perfectos, por lo que era seguro que no tendrían ningún problema para que les aprobaran la adopción.